ADespués de la Comisión Europea, fue el Parlamento Europeo el que prohibió el uso de TikTok por parte de sus miembros. Estados Unidos incluso ha aprobado una ley al respecto, también por temor a la vigilancia por parte de China de ciudadanos del «campo occidental».
Sin embargo, el 14 de diciembre de 2022, los ministros y representantes de los 38 países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) adoptaron una «declaración solemne», aprobada más bien de antemano, que pretende nada menos que definir una forma virtuosa de vigilar a sus ciudadanos. Una declaración que no debe tomarse a la ligera: fue también con una declaración de este tipo que se iniciaron, en 2016, las negociaciones sobre la introducción de un impuesto mínimo a las multinacionales, que habían logrado, en 2021, la firma de un compromiso con este en vigor por 140 países, y su implantación efectiva en 2024 en la Unión Europea (UE).
Con derecho «Declaración sobre el acceso de las autoridades públicas a los datos personales en poder de entidades del sector privado», exige que los datos se mantengan circulares entre Estados con los mismos valores democráticos y liberales, sobre la base de la confianza mutua. Se rompe así con el discurso hasta ahora dominante a nivel de cada país, cuando se evoca la “nube soberana”, el mantenimiento de datos en el territorio nacional, o cuando se preocupa por las investigaciones de la inteligencia estadounidense sobre datos de Europa.
Siete principios de acceso a los datos personales
El Reglamento General Europeo de Protección de Datos (RGPD) y una sentencia del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas (TJCE) han convertido en ilícita cualquier transferencia de datos a Estados Unidos, al menos por sobreprotección contractual y técnica. Estados Unidos y la Unión Europea intentan, desde julio de 2022 y por tercera vez tras dos cancelaciones por parte del TJCE de acuerdos previos, pactar un marco que exporte a Estados Unidos las mismas garantías del RGPD desde Europa.
Pero si cada país de la OCDE hiciera lo mismo con cada país que le envió datos, nos saturaríamos rápidamente. De ahí la importancia de la declaración de la OCDE, que pretende establecer las reglas universales del juego, al menos entre sus miembros.
La declaración enumera así siete principios de acceso respetuoso y democrático a los datos personales de los ciudadanos por parte de sus autoridades. Las diferencias entre los marcos legislativos nacionales son, por tanto, de poca importancia: no habría nada más de qué preocuparse si los datos de un ciudadano del país A viajan al país B. Aquí están resumidos.
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