Si el anuncio de la OPA de Credit Suisse por parte de UBS pretendía evitar una mayor caída de los mercados mundiales, el éxito de la operación distaba mucho de ser evidente en la madrugada del lunes 20 de marzo. En la Bolsa de Valores de París, el índice CAC 40 perdió un 1,4% al inicio de la sesión y en el resto de Europa, Frankfurt perdió un 1,3%, Londres un 1% y el mercado suizo un 1,3%.
Asia había marcado la pauta: Tokio terminó el día con una réplica del 1,42 % y Hong Kong cayó más del 2,6 % al final de la sesión. En cuanto a los mercados estadounidenses, se dirigían a una nueva réplica. Como era de esperar, las acciones bancarias europeas fueron una vez más fuertemente sancionadas: UBS cayó un 9 %, BNP Paribas más del 7 % y Deutsche Bank un 6 %, mientras que Credit Suisse colapsó más del 60 %.
Ante los temores de que se reduzcan las economías, el petróleo recayó mientras que el oro, un refugio seguro, subió a más de 2.000 dólares la onza (1.880 euros) por primera vez en un año.
Reseñas y preguntas
Por lo tanto, es demasiado pronto para declarar el final de la alerta. Por dos razones principales: en Europa, el acuerdo entre UBS y Credit Suisse, si evita lo peor, suscita críticas, en particular sobre el trato a ciertos bonistas. Esto plantea interrogantes sobre la exposición de ciertos bancos al caso y el valor de valores similares emitidos por otras instituciones. Además, en Estados Unidos, varios bancos regionales siguen amenazados por la crisis de confianza desencadenada por las quiebras de las últimas semanas, empezando por la de Silicon Valley Bank (SVB).
Los principales bancos centrales tampoco se hacen ilusiones: el domingo por la noche anunciaron una intervención para dotar a los bancos de liquidez en dólares. La Reserva Federal de EE. UU. se coordinó con sus contrapartes en la Eurozona, Suiza, el Reino Unido, Canadá y Japón para ofrecer financiamiento en dólares diariamente.
Esta iniciativa destaca una vez más el papel clave del billete verde durante las crisis financieras. Con cada movimiento de pánico, los grandes bancos e inversores se precipitan hacia el dólar, agotando la liquidez. Para compensar, desde la gran crisis financiera de 2008 se han ido poniendo en marcha líneas swap (cambio de divisas) entre bancos centrales. Una vez a la semana, estos bancos centrales ofrecen liquidez en dólares a los bancos de sus respectivos países. La intervención anunciada el domingo eleva la oferta de liquidez a ritmo diario, a partir del lunes 20 de marzo, y “al menos hasta finales de abril”. Al inicio de la pandemia, en marzo de 2020, se había dado el mismo fenómeno y los bancos centrales ya habían ofrecido liquidez en dólares diariamente.
Te queda el 28,07% de este artículo por leer. Lo siguiente es solo para suscriptores.