Narcotráficos siembran “terror” en el noreste de Brasil

Narcotráficos siembran “terror” en el noreste de Brasil

Esta semana, Claudio Machado celebró por todo lo alto sus veinte años de matrimonio. Estaba prevista una fiesta en casa de su suegra, residente como él de Parnamirim, ciudad de 272.000 habitantes ubicada en el estado de Rio Grande do Norte, en el Nordeste. Pero, en el último momento, todo tuvo que ser cancelado. “Es demasiado peligroso salir de noche. Nos conformaremos con una pequeña recepción por la tarde.lamenta este hombre de 44 años, empleado del Instituto Brasileño del Patrimonio.

“Vivimos en el terror”, él continúa. En Parnamirim y sus alrededores, se incendiaron supermercados, automóviles, motocicletas, autobuses, administraciones, bancos, almacenes y comisarías fueron blanco de disparos o explosivos. “Ya no nos atrevemos a caminar por la calle. Las tiendas cierran a las 5 p.m. La recolección de basura se hace con escolta policial”cuenta Claudio, que sólo se siente seguro en su casa, en su edificio residencial, protegido “por cercos eléctricos y guardias armados”.

Todo esto es solo un vistazo de la ola de violencia que golpea al pequeño estado de Rio Grande do Norte y sus 3,5 millones de habitantes. Cientos de ataques, patrocinados por grupos criminales, han tenido como objetivo desde el 14 de marzo, al menos 56 ciudades de la región. En varios de ellos, administraciones públicas, hospitales y colegios tuvieron que cerrar sus puertas, mientras se cancelaban partidos de fútbol y se suspendía el transporte público, en un ambiente de guerra civil.

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Región turística

Originalmente, existe una facción local del narcotráfico conocida como “Sindicato del Crimen”, nacida en 2012 en oposición a otro grupo, el Primer Comando de la Capital (PCC), del Estado de Sao Paulo y presente en la región. Este buscaría responder con violencia al decomiso de estupefacientes y la detención de varios de sus integrantes, pero sobre todo denunciar las condiciones de detención en las cárceles de la región.

Hacinamiento, castigos corporales, ratas, comida en mal estado, tuberculosis… “Se vulneran gravemente los derechos humanos en los centros penitenciarios”, denuncia Juliana Melo, antropóloga de la Universidad Federal de Rio Grande do Norte. En 2017, un conflicto ultraviolento entre el Sindicato del Crimen y el PCC cobró veintisiete víctimas en la prisión local de Alcaçuz, transformada en un polvorín. “Desde entonces, la situación no ha cambiado y el mismo imperio”señala el investigador.

Ante el pánico, el poder federal reaccionó rápidamente. El Rio Grande do Norte, altamente turístico, es conocido por sus dunas y playas de arena fina. También es un bastión del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, quien ganó aquí en la votación de 2022 con el 65% de los votos frente a Jair Bolsonaro. La izquierda también domina a nivel local: la gobernadora del estado, Fátima Bezerra, es miembro del primer plano del Partido de los Trabajadores.

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