NONosotros, tunecinos, arqueólogos, artistas, académicos, amantes del patrimonio, pedimos la reapertura del Museo del Bardo, que ha sido víctima de turbulencias políticas, desde que el Parlamento fue congelado el 25 de julio de 2021. Las dos instituciones en la mira en el mismo antiguo palacio beylical, el museo también ha sido cerrado. Hasta cuando ? Se trata de la libertad de acceso a la cultura, un derecho fundamental que no puede ser socavado.
Si Francia tiene el Louvre, Italia el Capitolio y España el Prado, Túnez se enorgullece de su Bardo. Una joya del patrimonio tunecino, el Museo del Bardo alberga una de las mayores colecciones de mosaicos romanos del mundo.
Como todos los grandes museos, los tesoros de Bardo no son solo nacionales sino que llevan dentro de sí su dimensión cultural universal. Hablan de nuestro patrimonio común en todas las orillas del “Mare nostrum”. Púnico, romano, árabe-islámico, el Museo del Bardo es un faro de la cultura mediterránea. He aquí por qué su reapertura debe ser asunto de todos. Ella es nuestra hoy.
La reapertura del Museo del Bardo es una emergencia para la cultura, el turismo, para Túnez y para nuestra historia común. Objeto de orgullo nacional, punto de acceso para el turismo mundial, crisol de nuestra historia compartida, el Museo del Bardo no puede permanecer cerrado por más tiempo. Si bien ha estado cerrado al público durante casi dos años, la sostenibilidad de las obras que alberga se vería amenazada, porque incluso los curadores solo tienen acceso limitado al museo.
Tres mil años de historia
Cerrar el Museo del Bardo significa cerrar el acceso a tres mil años de historia tunecina. Cerrar el Museo del Bardo significa cerrar el acceso a una parte de nuestra civilización común. Obras maestras excepcionales esperan la protección de sus curadores y la admiración de sus visitantes.
Ulises atado al mástil de su barco para resistir el fatal canto de las sirenas; Neptuno, dios del mar triunfante sobre las aguas; Virgilio, rodeado de sus dos musas, escribiendo la Eneida… tantas obras únicas en el mundo que decoraban los suelos con la riqueza de las villas romanas de principios de nuestra era. Estos mosaicos, conservados en el Museo del Bardo, atestiguan el lugar de Túnez como encrucijada de civilizaciones. Dan testimonio de un pasado antiguo que aún da forma a nuestra imaginación, enriquece nuestras inspiraciones y nutre nuestros sueños. Estas obras deben nuevamente, y con urgencia, poder ofrecerse a visitantes nacionales, escolares y turistas de todo el mundo.
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