¿Cómo se recuperará la agricultura ucraniana de la guerra? Se dice que el diez por ciento de la tierra cultivable en este «granero» está minada, una cuarta parte está bajo territorio controlado por Rusia, muchas parcelas han sido abandonadas, tomadas por compañías rusas y los silos de grano saqueados. A pesar de los combates y los bombardeos, se transportaron 26,6 millones de toneladas de trigo hasta 2022 en Ucrania, según analiza los satélites de la NASAno muy lejos de la media de los últimos cinco años (27,9 millones). Pero parte de estas cosechas fue monopolizada por Moscú y exportada bajo una etiqueta de origen ruso. Naciones Unidas «blanquear cereales» cuyo hub sería el puerto de Sebastopol, según la organización turca Bosphorus Observatory, que rastrea el movimiento de carga en el Mar Negro. Las exportaciones de trigo de la ciudad criminal, anexionada por Rusia en 2014, se han multiplicado por quince en un año. Un frente más para Ucrania.
El país es un importante productor de trigo, maíz, girasol y colza, gran parte de cuya producción se exporta, en particular a países de África y Oriente Medio. Si bien este comercio está en manos de unos pocos grandes productores, Ucrania también cuenta con 4 millones de pequeños agricultores, esenciales para satisfacer las necesidades alimentarias del país. A Estudio del Instituto Californiano de Oakland, publicado el martes 21 de febrero, muestra que desde el inicio de la guerra se ha acelerado la concentración de la tierra en manos de agroindustriales y oligarcas y que el grueso de la ayuda internacional al sector agrícola ha ido a parar a estos actores. Al contrario, es para apoyar a los pequeños agricultores que el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), el banco de desarrollo de las Naciones Unidas, integró a Ucrania a sus filas el 15 de febrero de 2023, para apoyar al sector agrícola local y evitar que gran parte de la población cae en inseguridad alimentaria, que ya afecta a un tercio de los ucranianos.
Desde las primeras semanas de la invasión de Ucrania por Rusia, el conflicto tuvo repercusiones alimentarias. ¿Cómo reaccionarían países muy dependientes de las importaciones de trigo o aceites vegetales, como Egipto, Líbano o Somalia, que esperaban las entregas bloqueadas en el Mar Negro? ¿Podrían recurrir a otros proveedores cuando las materias primas agrícolas registraron precios estratosféricos, nunca antes vistos? Muy rápidamente, agencias internacionales y líderes mundiales haga sonar la alarma: si no se hace nada, la inseguridad alimentaria, cuyas luces están en rojo desde hace varios años, aún podría ganar terreno.
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