Six meses después de la repentina muerte de Camaïeu, cuyas 511 tiendas cerraron sus puertas el 1oh Octubre, el comercio de ropa entra en crisis. A los 2.100 licenciatarios de la marca femenina se sumaron los 680 despidos en San Marina. El tribunal comercial de Marsella ordenó la liquidación de la marca de zapatos el 20 de febrero. Cinco días después, Burton, una cadena de ropa para hombres y mujeres, cerró casi una cuarta parte de sus 109 tiendas operadas en Francia, sin esperar a que saliera de un procedimiento de salvaguardia, mientras que Pimkie se prepara para retirar 64 tiendas para 2027. Los 2.160 empleados de Go Sport también te está esperando.
Declarada en quiebra en enero por el Tribunal de Comercio de Grenoble, la marca fue fundada en 1978 por dos hermanos, Léon y Lucien Odier. Hoy, como Decathlon, nos viste de sudaderas y chándales tanto como equipa a los deportistas. Go Sport se encuentra en una situación omnipresente, dieciocho meses después de su adquisición por parte de Financière immobilière bordelaise, la sociedad de cartera del empresario Michel Ohayon. Este último lo había recuperado por 1 euro de Rallye, un grupo propiedad de Jean-Charles Naouri. La Justicia debe decidir el 18 de abril sobre la adopción de un plan de continuación o la de un plan de recuperación.
Los 320 empleados de la marca Kookaï también están angustiados. Esta figura del suéter calcetín de la década de 1990 fue puesta en suspensión de pagos el 1oh FEBRERO. Sus empleados temen el cierre de tiendas, cinco años después de su toma por la australiana Maggi en Vivarte. André también es víctima de este grupo desmantelado en 2020. La marca de zapatos está en suspensión de pagos, por segunda vez en tres años.
A pesar de la toma de control de 55 de sus 180 tiendas, su director general, François Feijoo, no ha logrado relanzar la marca fundacional del grupo André, creado por la familia Descours, que se convirtió en Vivarte bajo el liderazgo de fondos de inversión en los años 2000 que plagaron él con deudas. No se hace nada. La marca fundada en 1919 en París ya no puede competir con los tenores del baloncesto, incluidos JD Sport o Courir, y la venta online de zapatillas, en Zalando o Sarenza. Porque las reglas del juego han cambiado.
Los gustos han cambiado
Los franceses han cambiado sus hábitos de compra de ropa. Seguidores de rebajas y promociones, convertidos a precios bajos, primero en las estanterías de los hipermercados, luego en supermercados como Kiabi, en las afueras de las ciudades, o H&M y Zara, en el centro de las ciudades, siguen comprimiendo el presupuesto que pagan al renovar sus vestuario: la compra de ropa representa sólo el 3,2% de su gasto anual. Esto es 1 punto menos que la media en la Unión Europea.
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