La casa de Imran Khan en el próspero suburbio de Zaman Park en Lahore ha recuperado cierta apariencia de calma. Partidarios del ex primer ministro paquistaní han estado haciendo guardia desde el lunes para evitar que la policía venga a arrestar a su líder. Después de dos días de enfrentamientos violentos con las fuerzas de seguridad cerca de su casa y en varias ciudades de Pakistán, el Tribunal Superior de Lahore otorgó a Imran Khan un indulto el miércoles 15 de marzo y ordenó la retirada de la policía y los paramilitares. Se han levantado los controles de carretera y los puestos de control.
Unas horas antes, la ex gloria del cricket había enviado un video donde, sentado frente a los restos de decenas de bombas lacrimógenas disparadas contra su propiedad, aseguraba que las autoridades querían la» para eliminar « y el«asesino».
La policía quiere aprehenderlo para obligarlo a comparecer ante el tribunal el 18 de marzo. Se le acusa de haberse enriquecido con los regalos diplomáticos recibidos cuando era primer ministro, de 2018 a 2022, que no habría declarado, en contra de las obligaciones legales.
«Provocación pura y simple»
Esta práctica no se limita a Imran Khan. Según una lista, publicada el domingo 12 de marzo en la prensa, todos los funcionarios gubernamentales, en el marco de sus funciones, han sido destinatarios, durante veinte años, de valiosos obsequios. Abarca desde relojes Rolex hasta automóviles de lujo y una corona de oro y piedras preciosas. La ley pakistaní te obliga a declarar los regalos recibidos y a quedarte solo con los menos costosos.
Imran Khan asegura que no quiere evadir la justicia, pero pide ser escuchado por videoconferencia, convencido de que las autoridades buscan al asesino. El primer ministro Shehbaz Sharif, por su parte, lo acusa de “desafiar a todos los tribunales del país” y quedar encerrado “provocación pura y simple”.
Este caso es solo el último episodio de la guerra política entre Imran Khan y su sucesor, quien lo derrocó en abril de 2022, tras la votación de una moción de censura. Tras su derrocamiento, Imran Khan afirma haber sido víctima de un complot organizado con el apoyo del ejército y de Estados Unidos, y moviliza con éxito las calles para exigir elecciones anticipadas. Nunca ha sido tan popular. Millones de simpatizantes asisten a sus mítines gigantes. Escapó de un intento de asesinato en noviembre de 2022, cuando, liderando una marcha contra el poder, recibió un disparo en la pierna.
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