El Partido Socialdemócrata (SPD) del canciller alemán Olaf Scholz sufrió un amargo revés el domingo 12 de febrero durante unas elecciones locales muy simbólicas en Berlín, su bastión durante más de veinte años. Si bien esta derrota se jugó sobre todo en cuestiones locales, llega en un momento en que, a nivel nacional, Olaf Scholz es especialmente criticado por su dilación en cuanto al apoyo militar a Ucrania.
La Unión Demócrata Cristiana (CDU) de la excanciller Angela Merkel quedó primera en las elecciones al parlamento local de la capital alemana con un 28% de los votos. Los socialdemócratas deben conformarse con el 18% de los votos según las primeras estimaciones de los canales ARD y ZDF. Incluso el SPD parece relegado a la tercera posición, por detrás de los ecologistas que se dan entre el 18,2% y el 18,7% por estos canales. La alcaldesa saliente de Berlín, Franziska Giffey, habló de un «tarde amarga» y uno » apuro « para su fiesta.
Esta es la primera vez desde 1999 que los conservadores superan al SPD. El partido de Olaf Scholz puede tener dificultades en estas condiciones para mantener el cargo de alcalde de la ciudad-estado de Berlín que ocupa desde hace más de veinte años -aunque aritméticamente, según las primeras cifras, podría mantener la mayoría de los escaños con sus actuales socios de coalición, los ecologistas y la izquierda radical.
En las últimas elecciones al parlamento local en 2021, el SPD aún logró salir a la cabeza, con poco más del 21%. Pero la elección había estado marcada por disfunciones que llevaron a su anulación ya una nueva votación, una primicia. La elección del domingo tuvo lugar bajo la mirada de los observadores internacionales del Consejo de Europa, invitados por la ciudad para restaurar la confianza.
Acusaciones de laxitud
El SPD parece haber sido penalizado por las escenas de violencia en la víspera de Año Nuevo, cuando los bomberos y la policía de Berlín fueron blanco de fuegos artificiales en algunos barrios con alta población de inmigrantes. La oposición conservadora acusó a la mayoría municipal de laxitud.
Estos resultados confirman las tendencias observadas a nivel nacional desde hace varios meses, a saber, una fuerte erosión del Partido Socialdemócrata, un aumento de la oposición conservadora y también de la extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), en un clima de inflación, debate sobre las entregas de armas a Ucrania y temores en parte de la opinión pública provocados por la gran cantidad de inmigrantes en el país, en particular ucranianos.
Las negociaciones para la ex una nueva coalición mayoritaria en Berlín prometen ser muy difíciles. Aparte de los liberales del FDP, ninguna formación dijo estar lista, antes de las elecciones, para gobernar con los conservadores.
Las elecciones de Berlín, sin cuestionar la coalición nacional en el poder en torno a Scholz, corren el riesgo de debilitar al canciller. Berlín es un estado-región por derecho propio, y el cambio de mayoría que se avecina allí podría tener repercusiones en una de las dos cámaras del Parlamento Federal, el Bundesrat, que representa a los Länder.