En 2005, Dacia lanzó el Logan al precio canónico de 7.500 euros. Esa era ha terminado. Hoy, la marca presenta el Jogger Hybrid, el modelo más caro de la historia de la marca. Facturado en 24.600 euros, esta evolución de un familiar mejorado traído en 2022 está equipado con un motor híbrido idéntico al de los Renault, que le permite bajar fácilmente su consumo por debajo de los 5 litros cada 100 km, pero también con una moderna transmisión automática.
La llegada del Hybrid Jogger se produce en un contexto de aumento generalizado de los precios que, durante el último año, ha visto a la marca, que se ha vuelto algo incongruente etiquetar bajo costo − aumentar sus precios hasta en un 20% para ciertos modelos. Sus líderes están solo levemente ofendidos. “Un modelo híbrido del mismo tamaño que el Jogger vale 30.000 euros y, si quieres evitar un siete plazas como el nuestro, habrá que prever un gasto que ronda los 40.000 euros. Cuando los precios suben, la brecha a nuestro favor aumenta”, asegura Lionel Jaillet, gerente de la gama. Cuanto más caros son los Dacia, más competitivos son. Una auténtica martingala.
Los alentadores resultados del grupo Renault en 2022, publicados el jueves 16 de febrero, le deben mucho a su etiqueta low cost. El margen operativo de Dacia está por encima del 10%, mientras que en general es solo del 5,6%. “En términos de autos vendidos, Dacia estuvo en + 6.9% en 2022, pero, en el lado de la facturación, el aumento supera el 20%”, dice Thierry Piéton, director financiero del grupo.
gentrificación asumida
El informe Dacia 2022 confirma que el fabricante rumano, adquirido en 1999 por Renault, se ha adaptado perfectamente a un mercado a media asta donde nadie es capaz de competir lo suficiente. En Europa, la marca superó las 573.000 ventas, un 7,8% más, y aumentó su penetración hasta el 4,2% (8,6% en Francia), lo que ayudó a amortiguar el declive del grupo Renault. El Sandero, el Dacia de mayor distribución, ocupa desde 2017 el primer puesto en la lista de éxitos de los coches comprados por particulares en el Viejo Continente. Luca de Meo, el jefe del grupo Renault, desea “desatar Dacia” y aumentar su margen operativo en cinco puntos, hasta el 15%, para 2030 mediante el desarrollo de ventas de modelos más grandes y, por lo tanto, más caros.
Esta supuesta gentrificación refleja un cambio de naturaleza. Cuando comenzó, Dacia se enorgullecía de desempeñar el papel de camión escoba para las categorías de clase trabajadora excluidas del acceso al mercado de obra nueva; A partir de ahora, la inflación de los precios de los coches instala la marca como un plan B para las clases medias, incluso para las clases medias altas. “Los flujos de clientes han cambiado y estamos teniendo dificultades para retener a nuestros clientes más limitados financieramente”admite Lionel Jaillet, quien invoca el aumento de los costos de producción ligado a múltiples desabastecimientos y regulaciones para justificar la política de precios del fabricante.
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