Día divertido para BNP Paribas, martes 7 de febrero. Obligada por la mañana, debido a una manifestación contra la reforma de las pensiones, a sustituir por una videoconferencia la presentación de sus resultados anuales prevista en sus instalaciones parisinas, BNP Paribas volvió a verse históricamente molesta, pocas horas después, varios sindicatos denunciaban un proyecto de reducción de plantilla en la filial especializada en crédito al consumo.
Unos 921 puestos se verían afectados en Francia, de un total de poco más de 5000. Sin restricciones iniciales, se comprometió la gerencia durante una primera reunión con representantes del personal el martes. Unas 680 personas podrían beneficiarse de un plan de salida voluntaria, según una fuente sindical, ofreciéndose al resto traslados a otras actividades del colectivo. «Sobre el papel es muy bonito, pero habrá que tener mucho cuidado», dijo un representante de los trabajadores, al comienzo de este proceso de discusión, que debe durar al menos tres meses.
BNP Paribas Personal Finance, conocida entre los franceses principalmente a través de la marca Cetelem, “empezar a transformar y adaptar sus actividades”, resume el grupo, que justifica esta evolución por la rápida subida de los tipos de interés, por la presión obtenida por la tasa de desgaste (la tasa máxima de préstamo autorizada en Francia), pero también por la evolución de los empleos de sus clientes, que la inflación está obligando a decisiones presupuestarias cada vez más frecuentes.
“No nos estamos desvinculando, nos estamos reenfocando”,
Este contexto lastró los resultados de la sucursal en 2022, habiendo caído su beneficio antes de impuestos un 4,6%, hasta los 1.121 millones de euros. Solo en el cuarto trimestre, sus ingresos bancarios netos (el equivalente a la facturación del sector) se redujeron un 0,9%, hasta los 1.280 millones de euros, mientras que sus gastos de explotación aumentaron un 4,1% respecto a los últimos tres meses de 2021.
La reorganización de la división no atañe sólo a Francia, ya que se trata de un reenfoque en la zona euro, el Reino Unido y los países escandinavos, en detrimento de los Estados en los que tiene posiciones menos favorables. La filial búlgara, por ejemplo, fue vendida a finales de 2022 a Eurobank. Este cambio de modelo reduce la necesidad de funciones de apoyo en Francia y, por tanto, justifica las reducciones de personal distribuido, explica el grupo liderado por Jean-Laurent Bonnafé.
“No nos estamos desvinculando, nos estamos reenfocando”, subrayó este último, el martes, al presentar a los analistas financieros los resultados anuales en buena forma, marcados por un beneficio neto de hasta 7,5%, a 10.200 millones de euros, el mayor jamás obtenido por el grupo, para ingresos bancarios netos de 50.400 millones (+9% ). Rendimiento que permite al primer banco de la zona euro elevar sus objetivos de crecimiento de beneficios para el periodo 2023-2025.
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